Parámetro. Con el litro de gasoil a un valor similar al de la nafta Súper, son varios los propietarios de vehículos diésel que se interesan por la adaptación al GNC (Gas Natural Comprimido). Te contamos los pro y los contra de esta tendencia.

Que las automotrices ofrecen cada vez menos modelos diésel es una realidad. ¿El motivo de ello? Son autos más costosos que los nafteros, siempre lo fueron, y si bien tienen mucha más autonomía, con el costo del gasoil ($ 11,69) tan cercano al de la nafta súper ($ 13,14), la inversión inicial casi no tiene justificativos. En este escenario, lo que viene tomando fuerza es la alternativa de adoptar motores diésel a GNC. Para ello, fuimos a hablar con Víctor Kaidemán, el titular de una Pyme cordobesa que viene haciendo este tipo de trabajo con muy buenos resultados.

Adaptación con complejos

La práctica de adaptar un motor diésel a un equipo de GNC no es nueva: varios negocios del rubro ya ofrecían esta conversión años atrás. Sin embargo, los resultados no eran los mismos de los que se obtenían con los motores nafteros, y ello terminó generando todo un complejo en torno a este tema. “Instalar un equipo de gas a un diésel antes implicaba bajar la compresión al motor, y ello implicaba a su vez bajar los caballos de potencia; entonces, la fuerza era menor”, aseveró Kaidemán.

Sin embargo, Kaidemán mismo es hoy un reconocido empresario local que se caracteriza por hacer las adaptaciones a GNC de autos, camionetas y hasta incluso camiones con motores diésel. “Llevo más de mil conversiones hechas de diésel a GNC”, afirma.

Los 2 combustibles a la vez

El método utilizado por el empresario cordobés es un sistema diésel/GNC de uso dual (funciona tanto a gas como a gasoil), que está homologado por parte del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas). Según nos explica su inventor, este sistema no implica modificación alguna del motor: es decir, el propulsor continúa siendo ciclo diésel.

Esto se logra instalando un kit de elementos, entre los ­cuales se encuentra un ­dispo­sitivo mezclador-dosi­fi­cador para que el coche empiece a ser impulsado por gasoil y gas a la vez. “A medida que se pisa el acelerador, el motor empieza gradualmente a ingresar gas al sistema de admisión. Esto ­implica que el vehículo empieza a consumir entre un 30 y 40 por ciento de gasoil y entre un 60 y 80 por ciento de gas, dependiendo del motor y el régimen de marcha”, sostiene Kaidemán.

Aumenta el rendimiento

Una de las principales ventajas, además de la economía en el con­sumo, es la mayor potencia que se obtiene con esta conversión. Según el especialista, todos los coches que disponen de este sistema incrementaron con el tiempo su rendimiento hasta el 20 por ciento, en algunos casos. “Con el gas se aumenta la potencia del motor, ya que se trata de un combustible que es de mayor poder calorífico y de mayor octanaje que el gasoil”.

Falta de financiación

Respecto a si son muchos los trabajos que hoy en día se están realizando en esta materia, el especialista Víctor Kaidemán sostuvo que ha descendido notablemente en comparación de años anteriores. “El desembolso es alto para hacerlo de una sola vez. Creo que con una buena financiación el negocio caminaría mucho más”, evalúa.

Cabe recordar que el costo de un equipo de gas para un auto o una pick-up, ambos gasoleros, arranca en los $ 15.000, en tanto que para los camiones parte desde los $ 30.000.

Los números hablan

$ 15.000 es el costo de un equipo de gas para un coche o una pick-up.
Desde los 30 mil  hasta los 80 mil pesos es el costo para la adaptación de gas a los camiones.
30% de ahorro en gasoil como mínimo es lo que se logra con este sistema.
10 al 20% es el aumento de potencia de los motores que andan a gas/diésel.
6 horas son las que se requiere para la adaptación.

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